Image et médium. Sur une hypothèse de Pascal Quignard de Bernard Vouilloux

Vouilloux_Belles_Lettres

Nataliya Lenina
York University - Glendon Campus


Image et médium. Sur une hypothèse de Pascal Quignard [Imagen y médium. Sobre una hipótesis de Pascal Quignard] de Bernard Vouilloux[1] se ofrece como una exhibición de los recorridos del pensamiento del autor a partir de una relectura del mito de Medea y del «ciclo de Medea» de Pascal Quignard. Así, el libro atraviesa la literatura, la pintura, la música y la danza, oscila entre lo trágico y lo dramático (incluso, lo romántico) para construir una estructura en espiral: cada capítulo retoma los mismos cuestionamientos y los lleva a un nuevo nivel. La intención general es autorreflexiva, y la obra en sí misma es una verdadera meditación-mediación que reúne no sólo las diferentes expresiones artísticas, sino también —y en particular— intenta poner en tensión y hacer converger las siguientes aparentes dicotomías: los textos y las imágenes, la forma y el pensamiento, el mundo orgánico y las expresiones artísticas del ser humano, lo fisiológico y lo psicológico, el pasado y el presente, el nacimiento y la muerte. Al evitar el razonamiento lógico, a menudo simplista, Vouilloux expone «la complejidad de las sobredeterminaciones» (104) que resisten una lógica unidireccional.

Evocando los nombres de los grandes pensadores de la civilización occidental que se han ocupado de las imágenes en distintos períodos históricos (el contexto cultural es un factor importante para el autor), la introducción invita a considerar la complejidad de dos nociones multidimensionales y asociadas, la imagen y el medio. Se recuerda al lector que la imagen, ya sea plástica, verbal o mental, material o inmaterial, pone en práctica una constante dialéctica de la presencia y de la ausencia. Si bien la imagen presupone una filiación con el modelo (es posible hablar de la presencia de la cosa en imagen o de la «participación» de la imagen en el ser del modelo), la imagen se aprehende esencialmente como la ausencia de la cosa. Es a partir de esta ambivalencia que se delinea una hipótesis inicial: la imagen es aquello que «reenvía a una presencia por siempre ausente» (40) y es la razón por la cual ella implica no sólo un medio, sino que ella es de igual manera un medio: «no solamente toda imagen presente, actual, posee un medio», postula Bernard Vouilloux (y en la cubierta trasera se retoma esta afirmación), «pero toda imagen, en tanto que es imagen de lo que es sin imagen, es un médium. La medialidad (los “soportes”) es un asunto de mediumnidad (los “transportes”)» (40). Al conjugar los diferentes sentidos de la palabra «medio», el texto de Vouilloux remite a este término siempre en plural: reactiva a través del discurso actual «las condiciones de inteligibilidad» (43) de los valores mediadores de Medea, esta figura mítica «que surge de las tinieblas» del pasado (Henri Bergson, epígrafe).

El estudio de la imagen de Medea se presta a múltiples enfoques metodológicos. ¿Cómo conferir una identidad estable a quien puede entenderse «como figura figural del médium?» (96)? Vouilloux reflexiona con Quignard acerca de las imágenes de «Medea meditativa» (96), imágenes arraigadas en tradiciones diversas y matizadas por miradas diferentes: el motivo inicial de la Medea de Quignard («Mediodía Medea Medita» [69]) inaugura un análisis del fragmento de «Medea... fiam» («Medea… me haré») a «Medea nunc sum» («Ahora soy Medea»). En estas reflexiones, a la vez comparativas y complementarias, el autor subraya tres aspectos: el tiempo (el instante del destino de Medea), la inminencia del acontecimiento (una catástrofe) y la perceptibilidad de la imagen de acuerdo con este u aquel paradigma cultural.

Desde el primer milenio anterior a nuestra era, la imagen de Medea recorre numerosos dominios artísticos: el mito, la poesía, la novela, el teatro, la ópera, la pintura, el cine, la danza… (40). Los textos clásicos (como la Medea griega de Eurípides y la Medea romana de Séneca), los escritos contemporáneos de Quignard, las imágenes antiguas y aquéllas de los tiempos modernos se entrecruzan, interactúan, se interpretan, en definitiva, develan múltiples significados. Esta obra propone una lectura verbal e icónica de Medea que la revela como figura de la mediación, pero también como figura dotada de los poderes de un médium: se induce al lector a considerar a «Medea meditativa» como «la mediación del “pensamiento mismo”» (89).

El texto de Vouilloux demuestra que lo icónico, en especial, la pintura, da forma al pensamiento que se enraíza en su propio cronotopo. Por un lado, las imágenes antiguas se oponen a las imágenes modernas como el «drama (…) se opone a la pasión trágica» (94). Mientras que las pinturas de Pompeya destacan «el instante anterior» y la dimensión fisiológica de lo trágico, la pintura moderna busca revelar la dimensión psicológica y acentúa el acto mismo. Por otro lado, al ser paradigmáticos del pensamiento de su época (dado que subrayan los hechos anteriores al acto del infanticidio), los frescos de Pompeya, al igual que los textos clásicos, son también representativos de dos visiones diversas, la griega y la romana. Aquellas imágenes (por ejemplo, Medea y sus hijos, Pompeya, Casa de Jasón) que representan el momento «predador» y la postura del acecho son reveladoras de lo que Vouilloux nombra un «momento griego» (102), y aquellas que ponen en evidencia «el momento fatídico» (102), hacen referencia a la visión romana (por ejemplo, Medea lista para el asesinato, Pompeya, Casa de los Dióscuros).

Asimismo, lo icónico y lo verbal se refieren a y se fijan en algunas imágenes para verse revividos, repensados, «repetidos» en la danza del butoh japonés, así como en la totalidad del espectáculo (para el cual Quignard escribió un guión). Dicho espectáculo conjuga la lectura del texto, la música y la danza. Sin embargo, lo esencial pasa principalmente por el cuerpo de la bailarina, cuerpo en movimiento que manifiesta la «fuerza del instante» (102) que precede al acto horrible del infanticidio. Y esta danza es, sin lugar a dudas, un médium chamánico: Medea, la hechicera de la mitología griega, queda transformada en chamana, encarnada por la bailarina Carlotta Ikeda, figura emblemática de la danza japonesa. Como mediadora, ella hace renacer el pasado olvidado. Medea bailarina, Medea chamana comunica la «danza perdida del origen» y vincula, de este modo, el instante presente («en tanto que precede a lo inminente», 102) y el sombrío «entonces» (70), el cuerpo y el espíritu. A estas reflexiones sobre dicha «médium chamánica» que es la danza, se añaden aquéllas que conlleva la imagen de la Medea madre: el fuerte deseo de tener hijos y la pulsión asesina, el aumento en Medea de una oscura pasión de venganza, y, en consecuencia, la transformación monstruosa y atroz de la «madre nutricia en madre filicida» (73). De tal forma, el autor vuelve a pensar (siempre con Quignard) todos estos aspectos en el contexto del mundo mediterráneo antiguo (el cual, no obstante, no es un mundo monolítico) y en el contexto del mundo cristiano, occidental.

Por lo demás, la obra de Bernard Vouilloux no ofrece respuestas unívocas a las constantes preguntas que circulan en relación con los términos que forman el título del libro («imagen» y «médium») ni a aquellas que se asocian con las imágenes de Medea (¿las «imágenes» no son, a fin de cuentas, ficción, fantasma?), sino que enriquece el dominio de los estudios teóricos sobre las relaciones entre texto e imagen al proponer reflexiones originales y de vastos conocimientos intelectuales, susceptibles de hacer «figurar los posibles estados del arte» (106) y de aceptar la existencia de caminos múltiples.

Notas

[1] Bernard Vouilloux. Image et médium. Sur une hypothèse de Pascal Quignard. París: Les Belles Lettres, 2018.

[2] N. de la T.: el término «médium» en francés lleva una doble acepción; alude tanto a lo que en español se llama «medio», como a lo que refiere la palabra «médium». En consecuencia, es el cotexto de aparición en el libro lo que determina su traducción aquí.


Traducción: Lucrecia Radyk.


Referencia electrónica

Lenina, Nataliya. «Image et médium. Sur une hypothèse de Pascal Quignard de Bernard Vouilloux». Hyperborea. Revista de ensayo y creación 2 (2019): 268-271. http://www.hyperborea-labtis.org/es/paper/image-et-medium-sur-une-hypothese-de-pascal-quignard-de-bernard-vouilloux-156

Publicación Hyperborea
Número 02